Esta propuesta fotográfica surge a raíz de mi vieja cotidianidad, estas fotos fueron hechas hace 2 años. Las empece a extrañar en estos tiempos de aislamiento social por la pandemia. El aislamiento nos hace estar más cerca de nuestro cotidiano, es decir esas cosas que siempre han estado ahí, pero que no nos detenemos a observar, a encontrar la belleza en ellas; pasan de largo, porque estamos constantemente «ocupados» y ansiosos por querer ser productivos según las normas de la sociedad, queremos llenarnos para evitar el vacío y la simpleza de la vida. Estas fotografías muestran distintos lugares de la antigua casa donde vivía. En ese momento me sentía estancada y estresada porque no salía de allí y siempre veía las mismas cosas. Es así como muchas personas se deben estar sintiendo en este aislamiento social, estancadas, pausadas y «no productivas». Fue entonces que decidir contemplar, poner atención y ver más allá del cotidiano del que me rodeaba. Es así como nace esta serie.